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401 ac - 1401
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Lengua
La lengua que servía de vehículo para la cultura era el latín, sin embargo, a partir de la Baja Edad Media empiezan a proliferar textos escritos en las lenguas vernáculas.
Oralidad
La forma de difusión más común de las obras literarias era a través de los trovadores, ya que la inmensa mayoría de la población no sabía leer.
Verso
La escritura en verso era la más cultivada. Además, puesto que era más fácil de memorizar, la composición en verso ayudaba a los trovadores a recordar los textos. Subgéneros como la lírica, la oda, la elegía, la égloga, el epitalamio, el romance o el soneto eran los más populares.
Prosa
En prosa estaban escritos textos como las novelas de caballería, que referían hazañas de caballeros medievales; los cronicones, que relataban cuestiones históricas de manera cronológica; las hagiografías, que narraban las vidas de los santos, o los libros de linaje, donde se recogía la genealogía de la nobleza.
Anonimato
Muchas obras de este periodo no se enmarcan dentro de nuestro tradicional concepto de autor, de modo que no están firmadas. De hecho, muchas de ellas circularon gracias a los trovadores.
Originalidad
La originalidad no era una aspiración, de modo que se recogían y recreaban historias basadas en hechos reales, en la tradición popular o en textos clásicos.
Temática religiosa
Los temas de tipo religioso fueron recurrentes, ya que la Iglesia católica ejercía un fuerte mecenazgo.
Didactismo
Las obras tenían una función didáctica, pues pretendían transmitir valores cristianos y modelos de comportamiento a la sociedad.
Obras anónimas
El romancero
Cantar de Mio Cid
Beowulf
Cantar de Roldán
Cantar de los nibelungos
La leyenda dorada
Digenis Acritas
Amadís de Gaula
Obras y autores
El decamerón, de Giovanni Bocaccio.
La divina comedia, de Dante Aligheri.
Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell.
Suma teológica, de Santo Tomás de Aquino.
Confesiones, de San Agustín.
Días de ira, de San Francisco de Asís.
Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio.
Conde de Lucanor, de don Juan Manuel.
Libro del buen amor, de Juan Ruiz.
Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.
La celestina, de Fernando de Rojas.
Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer.
Cancionero, de Petrarca.
1401 - 1501
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Características de la literatura renacentista
Es recuperada la tradición cultural clásica grecolatina, lo cual es vivido como un renacimiento del humanismo.
El hombre ocupa el centro del mundo (visión antropocéntrica), lo que contrasta con la idea de la Edad Media según la cual Dios era el centro del universo (teocentrismo).
La razón pasa a estar por encima de la fe; el espíritu crítico y racionalista será sumamente valorado.
La filosofía platónica es aprovechada para el cristianismo.
Se revalorizan los modelos clásicos recogidos en la Poética de Aristóteles.
La naturaleza es vista e idealizada como símbolo de perfección.
Temas de la literatura renacentista
Amor
La literatura del Renacimiento le canta al amor y a la belleza del alma y del cuerpo. Pierre de Ronsard, por ejemplo, eleva el amor a tema central de su poesía lírica, así como William Shakespeare, en Romeo y Julieta, aborda el tema del amor imposible y la tragedia que este trae consigo.
Naturaleza
La naturaleza, el paisaje, su belleza y los sentimientos que evoca son vertidos en la literatura de este periodo. Un ejemplo de ello es el género bucólico o pastoril, tal como lo encontramos en el drama Aminta, de Torquato Tasso.
Mitología clásica
La mitología clásica grecolatina resurge y se hace presente en temas, personajes y referencias, en algunas de las obras de la época, como, por ejemplo, Los Lusíadas, de Luis de Camões.
Hazañas de caballeros
El heroísmo y el valor del héroe serán encarnados en el caballero andante, que va por el mundo ganando fama con sus hazañas, derrotando gigantes y monstruos y protegiendo a los más débiles. Como ejemplo, tenemos Orlando furioso, de Ludovico Ariosto. El Quijote, de Miguel de Cervantes, constituye la parodia de las novelas de caballerías.
Crítica social
La literatura de este periodo también cuestionó algunas injusticias de la sociedad del momento, sus vicios, desigualdades e hipocresía en obras como Lazarillo de Tormes.
Crítica a la Iglesia
La crítica también salpicó a la Iglesia, en momentos en que la Reforma y la Contrarreforma habían agitado el panorama europeo, en obras como Utopía, de Tomás Moro, o Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam, donde se cuestionaba la forma en que el poder era ejercido por la Iglesia.
Sentimiento religioso
La religión y el sentimiento hacia lo divino ocupa el centro de mucha literatura de esta época, atravesada por un amor místico a Dios, como, por ejemplo, en el poema Noche oscura, de San Juan de la Cruz.
Autores y obras del Renacimiento
Erasmo de Roterdam, Elogio de la locura (1511).
Tomás Moro, Utopía (1516).
Ludovico Ariosto, Orlando furioso (1532).
François Rabelais, Gargantúa y Pantagruel (1534).
Baltasar Castiglione, El cortesano (1549).
Pierre Ronsard, Odas (1551-52).
Anónimo, Lazarillo de Tormes (1554).
Luis de Camões, Los lusíadas (1572).
Torquato Tasso, Aminta (1573).
Michel de la Montaigne, Ensayos (1580).
Edmund Spencer, La reina del hada (1590).
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha (1605).
William Shakespeare, Macbeth (1606)
San Juan de la Cruz, Noche oscura.
1601 - 1750
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Las principales características que marcaron el período barroco fueron:
Arte que expone el gusto por lo elegante, lo extravagante y el exceso de ornamento.
Valorización del detalle.exceso de ornamento
Búsqueda de la espiritualidad, de las sensaciones y las pasiones internas.
Dualismo y contradicción.
Contraste entre luces y sombras.
Sentido del movimiento.
Oscuridad, complejidad y sensualismo.
En literatura, cultismo y conceptismo.
La literatura barroca estuvo altamente determinada por la contrarreforma católica y los valores absolutistas, por lo que predomina en ella una visión deprimida y pesimista de la existencia, en la que todo lo que existe es vano, ilusión o sueño, y la actitud vital es la duda, el desengaño y la prudencia.
Los principales géneros literarios del barroco fueron:
La novela. Con el Quijote como ejemplo, surge en este género la posibilidad de la sátira y la burla, empleando un lenguaje altisonante y lleno de figuras retóricas, así como de alusiones mitológicas. La novela picaresca tiene su auge en este momento.
La poesía bucólica. La poesía pastoril, profusamente cultivada en la antigua Roma, cobra vida en el barroco y los amores pastoriles, ícono popular y representantes de la vida rural del pueblo llano, cobran fuerza en el imaginario popular.
El teatro. El teatro, sobre todo en la España del llamado Siglo de Oro, alcanza en el barroco uno de sus puntos más altos, con comedias satíricas y autos sacramentales, o dramatizaciones de pasajes bíblicos.
Autores y representantes del barroco
Una lista parcial de los principales autores del barroco incluye:
Literatura:
Miguel de Cervantes
Calderón de la Barca
Lope de Vega
Tirso de Molina
Luis de Góngora
Francisco de Quevedo
Sor Juana Inés de la Cruz
John Donne
William Shakespeare
Laurence Sterne
1701 - 1850
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Tres procesos históricos fueron claves en el movimiento neoclásico:
La aparición de la Ilustración o el Iluminismo, movimiento filosófico que defendía la razón, el conocimiento y la secularización como propósito y medio para derogar el dogmatismo y fomentar el progreso. En este movimiento se insertó La enciclopedia, de Diderot y D`Alembert, publicada por primera vez entre 1751 y 1772.
El descubrimiento de las ruinas de Herculano (1738) y Pompeya (1748), que despertó nuevamente el interés por estudiar la cultura grecolatina.
Por último, la llamada “doble revolución”, es decir, la revolución industrial que estaba modificando los modos de producción y organización social, y la revolución francesa, que proclamaba igualdad, libertad y fraternidad.
Características de la literatura neoclásica
Conflicto entre el honor, el deber y las pasiones.
Fuentes de inspiración: la Antigüedad Clásica.
Preocupación por la elegancia formal.
Predominio de los géneros críticos sobre los didácticos.
Algunos de los más importantes autores de la literatura neoclásica fueron los siguientes:
Jean de la Fontaine: Château-Thierry, Aisne, 1621 - París, 1695. Obra de referencia: Las Fábulas.
Daniel Defoe: Londres, entre 1659 y 1661 aprox. - 1731. Obra de referencia: Robinson Crusoe.
Jonathan Swift: Dublín, 1667 - 1745. Obra de referencia: Los viajes de Gulliver.
Alexander Pope: Londres, 1688 - 1744. Obra de referencia: Ensayo sobre el hombre, poema filosófico.
José Cadalso y Vázquez de Andrade (Dalmiro): Cádiz, 1741 - San Roque, 1782. Obras de referencia: Ocios de mi juventud, Solaya o los circasianos y Don Sancho García.
1770 - 1851
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El romanticismo es un movimiento artístico e intelectual que tuvo lugar hacia finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en Inglaterra, Alemania y Francia, para luego extenderse a todo el mundo.
El romanticismo se caracterizó por:
La subjetividad. El movimiento exaltaba los sentimientos y los estados de ánimo sobre el racionalismo. El miedo, la pasión, la locura y la soledad fueron algunos de los temas más presentes en las obras románticas.
Lo sublime. El movimiento hacía referencia al concepto de belleza como un ideal de grandeza absoluta, aquello incomparable en cuanto a su magnitud y su capacidad de conmover. De ahí, el uso de símbolos que reflejaban la idolatría a un genio, héroe o figura excepcional.
La naturaleza. El movimiento aportó un nuevo carácter del paisaje, en el que la naturaleza resultaba una metáfora del mundo interior del individuo, no un mero contexto en la escena. Por ejemplo, un volcán podría simbolizar la pasión, una montaña nevada podría simbolizar la soledad y melancolía.
La literatura romántica resultaba un arte de interés público que acompañaba a los valores del creciente nacionalismo. A través de la poesía lírica popular, la corriente se despojaba de los estilos literarios neoclásicos. Entre los autores más representativos del romanticismo se destacan:
El estadounidense Edgar Allan Poe (1809 – 1849)
El francés Víctor Hugo (1802 – 1885)
La inglesa Mary Shelley (1797 – 1851)
El alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749 – 1832)
El francés Alejandro Dumas (1802 – 1870)
El español José de Espronceda (1808 – 1842)
El colombiano Jorge Isaacs (1837 – 1895)
1850 - 1891
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El realismo es la corriente artística y literaria que surge en Francia a mediados del siglo XIX.el concepto realismo abarca un sentido más amplio. Realismo también es la predisposición a exponer las cosas sin idealizarlas.
El realismo también se manifestó en la literatura que surge en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX. Podría afirmarse que el realismo literario emerge como una forma de ruptura con el romanticismo: la representación de la realidad frente al sentimentalismo y a la evasión. Las características principales del realismo literario son:
Fidelidad temática de las obras con la realidad.
Oposición a la literatura fantástica.
Denuncia y crítica sobre los problemas sociales del momento.
La observación de la realidad es un pilar fundamental para describir conflictos y trasladarlos al lector de forma minuciosa.
La novela se convierte en el género por excelencia durante este periodo.
Stendhal (1783-1842), Honoré Balzac (1799-1850) y Gustave Flaubert (1821-1880) fueron los mayores exponentes del realismo literario francés.
Otros autores destacados del realismo literario fueron: Charles Dickens (1812-1870) en Inglaterra, Benito Pérez Galdós (1843-1920) en España o Fiódor Dostoievski (1821-1881) en Rusia.
1880 - 1917
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En el contexto de la literatura en español, se conoce como modernismo a un movimiento literario fundamentalmente poético, desarrollado entre el siglo XIX y el XX (1880-1920) y que se comprende como la forma hispánica de la crisis universal de las letras y el espíritu que caracterizó la entrada en la contemporaneidad.
El modernismo se caracterizó por la rebeldía creativa, un refinamiento un tanto aristocratizante y narcisista, así como un culturalismo cosmopolita, pero su aporte más importante a las letras hispanas fue su profunda renovación del lenguaje.
La lista de autores y obras modernistas es sumamente extensa, ya que todos los países hispanoamericanos participaron del movimiento, así como la misma España. Sin embargo, una lista de los más conocidos incluye a los siguientes:
Rubén Darío (nicaragüense, 1867-1916), poeta, periodista y diplomático, considerado fundador del modernismo con su poemario .. (1888), y célebre por sus poemarios Prosas profanas (1896), Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas (1905) y sus libros de prosa Los raros (1896), Peregrinaciones (1901) y Historia de mis libros (1916), entre muchísimas otras obras.
Leopoldo Lugones (argentino, 1874-1938), poeta, ensayista y periodista de fuerte raigambre nacionalista, precursor del relato fantástico y de ciencia ficción rioplatense. Se suicidó ingiriendo cianuro. Sus obras poéticas más célebres son Las montañas del oro (1897) y Los crepúsculos del jardín (1905), de fuerte influencia simbolista.
José Martí (cubano, 1853-1895), político, periodista, pensador, filósofo y poeta, fundador del Partido Revolucionario Cubano, murió durante la Guerra de Independencia Cubana, luego de haber viajado por todo el continente y haber escrito una obra poética y en prosa de muchísimo valor, en la que destacan las crónicas de Nuestra América (1891) y las poesías de Edad de oro (1878-1882) y Flores del destierro (1878-1895).
José Asunción Silva (colombiano, 1865-1896), poeta y viajero, de obra breve pero importante, en la que destaca El libro de versos (1923, póstumo). Se suicidó de un tiro en el corazón a los 30 años.
Amado Nervo (mexicano, 1859-1895), periodista, poeta y diplomático, es célebre por su amistad con Oscar Wilde en París y por sus obras El bachiller (novela, 1895) y los poemarios Perlas negras, Místicas (1898) y La amada inmóvil (póstuma, 1922).
Delmira Agustini (uruguaya, 1886-1914), poeta proveniente de sectores pudientes de la sociedad, cuya educación le permitió figurar a pesar de las discriminaciones machistas de la época. Destacan en su obra El libro blanco (1907), Los cálices vacíos (1913) y Correspondencia sexual (póstuma, 1969).
Manuel Machado (español, 1874-1947), poeta y dramaturgo, hermano del célebre poeta Antonio Machado, publicó una extensa obra poética en la cual destacan Alma (1902), Los cantares (1905) y El mal poema (1909), entre muchos otros.
Manuel Díaz Rodríguez (venezolano, 1871-1927), ensayista, novelista y cuentista, entre cuyas obras más relevantes están las novelas Ídolos rotos (1901) y Sangre patricia (1902), así como los ensayos Prosas del arte, justicia y devoción (1918) y Entre las colinas en flor (1935).
1914 - 1919
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El vanguardismo es un conjunto de movimientos y corrientes artísticas y literarias reactivas que surgieron en los inicios del siglo XX, especialmente aquellas que se desarrollaron a partir de la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Abarca una gran variedad de movimientos y corrientes artísticas, cuyo único elemento en común es la libertad de expresión y la innovación estética.
Características vanguardia
En el siglo XX tuvieron lugar una inmensa variedad de movimientos artísicos. Sin embargo, no todos pueden ser clasificados como vanguardias. Ello depende, en gran medida, de que se vean cumplidas algunas de las siguientes características:
Ruptura con las tradiciones del arte académico, lo que incluye no solo los temas, sino especialmente los principios de composición plástica;
Renuncia a la imitación de la naturaleza;
Proclamación de la autonomía del arte, esto es, liberación de arte respecto del contenido y reivindicación de lo estético como valor artístico en sí mismo;
Cuestionamiento del concepto y la función del arte, el artista y las instituciones promotoras.
Algunos movimientos de las vanguardias literarias son:
Futurismo;
Dadaísmo;
Surrealismo;
Creacionismo;
Ultraísmo.
Representantes del vanguardismo literario
Algunos de los representantes del vanguardismo, tanto artístico como literario, en sus diversos movimientos son:
André Breton (1896-1966): surrealismo.
Vicente Huidobro (1893-1948): creacionismo.
Pablo Neruda (1904-1973): poeta chileno.
Rosario Castellanos (1925-1974): poeta y periodista mexicana.