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711 - 756
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Los primeros cuarenta años de permanencia musulmana en España es un periodo bastante confuso. Los hitos más destacables son quizás, el intento de expansión al norte de los Pirineos, protagonizado por el valí al-Gafiqí que cayó en la batalla de Poitiers ante los francos de Carlos Martel (732).
Fueron años en que se fue consolidando una tímida resistencia en las montañas de Asturias que daría paso al reino Asturiano primero y Astur-Leonés posteriormente, que tanta importancia tendrían, al pasar el tiempo, en la expulsión del poder musulmán de España.Esta nueva organización cristiana se ve alentada gracias a las revueltas y luchas intestinas entre sirios, árabes, beréberes y demás musulmanes que se producen a mitad del siglo VIII.
711
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Aprovechando la crisis interna del reino visigodo, envuelto en una de sus constantes luchas internas por el poder monárquico, tropas musulmanas, compuestas por árabes y beréberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar en el año 711 iniciando la conquista de la península ibérica.
711
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Tariq ibn Ziyad cruzó el Estrecho por iniciativa propia o cumpliendo órdenes de Musa, gobernador de Ifriqiya. Sea como fuere, lo cierto es que, en la madrugada del 27 al 28 de abril del año 711, desembarcó en la bahía de Algeciras con un ejército de unos 7.000 hombres fundamentalmente bereberes, aunque también había entre ellos árabes. Tariq instaló su cuartel general en el peñón de Gibraltar (nombre que deriva del de este conquistador: Ŷebel at-Tariq, “Montaña de Tariq”), bien protegido por su altura, mientras iba recibiendo a su ejército en sucesivos desembarcos. Desde allí, comenzó el saqueo y toma de zonas y ciudades de la baja Andalucía que dio inicio a la invasión del reino visigodo por dirigentes musulmanes del Califato Omeya. Esta invasión se prolongó quince años, hasta 726, y ocupó casi toda la península Ibérica.
jun 711
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Dirigidos por el beréber Tariq , lugarteniente del gobernador del Norte de África, Musa ibn Nusayr los musulmanes derrotaron en la batalla de Guadalete (711) al último rey visigodo, Rodrigo, que perdió la vida en el combate.
714
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Animados por aquel éxito, los invasores decidieron proseguir el avance por las tierras hispanas, primero en dirección a Toledo, posteriormente hacia Zaragoza. En apenas tres años, los musulmanes lograron conquistar la mayor parte de las tierras hispánicas sin encontrar apenas resistencia. Solo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control.
722
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Tras la invasión musulmana, la mayor parte de la península ibérica se convirtió en una nueva provincia del califato islámico (imperio musulmán), Al-Andalus. Al frente de este territorio se colocó a un Emir o gobernador que actuaba como delegado del Califa musulmán, por entonces perteneciente a la dinastía Omeya, con capital en ciudad de Damasco.
Los musulmanes realizaron algunas incursiones por el norte de la Peninsula, pero fueron derrotados por los astures en Covadonga (722).
732
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También penetraron en suelo franco, donde ocuparon ciudades como Narbona, pero sufrieron un duro golpe ante el ejército de los francos en las proximidades de Poitiers (732). Esta batalla supuso el fin de la expansión árabe musulmana en Europa.
756
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Abd-al-Rahman I fijó su capital en la ciudad de Córdoba e inició la tarea de construcción de un estado independiente en Al Andalus.
756 - 929
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Parecía que Al-Andalus no era capaz de organizarse de forma efectiva por los continuos enfrentamientos y problemas políticos internos cuando apareció providencialmente un príncipe Omeya que sería clave para el devenir de Al-Andalus. Se trata de del príncipe Abd al-Rahmán, único superviviente de la matanza de la familia Omeya, ordenada por el nuevo califa abasí.
Abd al-Rahmán, el Inmigrado, obtiene el poder efectivo de Al-Andalus y se convierte en el primer emir independiente (756-788). Abd al-Rahmán I tuvo que hacer frente a una violenta oposición, que siempre reprimió con energía, demostrando sus dotes de político y de militar. Córdoba le debe muchas de sus bellezas y la iniciación de las obras de la gran mezquita. En su tiempo (778) se produjo la derrota de Carlomagno en Roncesvalles, fuente de leyendas y cantos épicos.
Las aceifas con que los ejércitos del Emirato castigaban a los reinos cristianos, nunca tuvieron un verdadero anhelo de conquista y asentamiento. Así, los reinos y condados cristianos se podían recuperar y reconquistar cada vez más territorios hacia el sur. Ya por estos años, la frontera efectiva estaba en el Duero.
929 - 1031
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La presión de los reinos cristianos aumentaba atizada por un lógico deseo de reconquista.
En ese panorama surgió una gran figura, Abd al-Rahmán III que gobernó Al-Andalus durante medio siglo (912-961).
Abd al-Rahmán III dedicó los primeros años de su mandato en someter exitosamente a los rebeldes internos y luchó por fortalecer su autoridad.
También dedicó grandes esfuerzos en acabar con la insolente amenaza cristiana. Aunque no lo consiguió, pues sus campañas se repartieron entre grandes victorias y sonadas derrotas (Simancas), se hizo suficientemente fuerte como controlar al enemigo.
En el año 929, cuando Abd al-Rahmán III se proclamó califa y se asignó el título de "príncipe de los creyentes". Este hecho tuvo gran importancia pues al nombrarse califa, concentraba no sólo el poder político en su persona sino el religioso, desligándose definitivamente de Bagdad y alcanzando una soberanía absoluta sobre sus tierras y un prestigio enorme entre sus súbditos.
En el aspecto intelectual brilló igualmente. La Córdoba de sus tiempos era el asombro del mundo.
1002
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Almanzor, que basó su poder en el Ejército, integrado sobre todo por soldados beréberes, organizó terroríficas campañas contra los cristianos del norte peninsular. Su muerte en año 1002 inició el proceso de descomposición política (fitna) que llevó al fin del Califato en el 1031.
1031 - 1237
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Almanzor organizó durante su gobierno más de una cincuentena de aceifas. Lo hacía con sumo cuidado y recabando ejércitos dotadísimoa que asolaron en repetidas ocasiones las más importantes ciudades y los más venerados centros religiosos cristianos. Entre sus incursiones más importante podemos citar la que destruyó León, capital del reino astur-leonés, Pamplona, Barcelona, el Monasterio de San Millán y por supuesto, la de Santiago de Compostela, recordada históricamente, entre otras cosas, porque hizo llevar las campanas de su iglesia hasta Córdoba a hombros de cautivos cristianos.
Y es que tras la muerte de Almanzor (1002) los problemas sucesorios y de gobierno de Córdoba llevarán al califato a una situación insostenible incluyendo una verdadera guerra civil en el año 1010.
Oficialmente, no obstante, el califato siguió existiendo hasta el año 1031, fraccionándose entonces en un conglomerado de pequeñas organizaciones políticas que reciben el nombre de reinos de taifas (que significa "gobernaciones").
1085 - 1212
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En el año 1086 llegaron los almorávides, agrupación de tribus beréberes dedicadas a la ganadería, que poco antes habían creado un imperio en el norte de África.El poder almorávide fue efímero. A mediados del siglo XII la unidad de Al-Andalus se vino abajo y la fragmentación política trajo los conocidos como Segundos Reinos de Taifas.
Más tarde llegaron a la Península Ibérica los almohades, que habían constituido unos años antes en el Magreb un nuevo imperio, también formado por beréberes.
Los almohades no solo unificaron nuevamente al-Ándalus, sino que hicieron frente a los cristianos logrando algunos éxitos notables, como el obtenido en Alarcos (1195) contra Alfonso VIII de Castilla. También en este período se construyeron algunos edificios emblemáticos de la España musulmana como la Giralda de Sevilla.
Sin embargo, el intento almohade de reunificación de Al-Andalus también fracasó. El momento clave fue la aplastante derrota sufrida ante los cristianos en las Navas de Tolosa (1212).
1212
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El momento clave fue la aplastante derrota sufrida ante los cristianos en las Navas de Tolosa (1212). La Batalla de las Navas de Tolosa fue la hecatombe para el imperio Almohade en la Península Ibérica. Marcó un antes y un después en la historia de España. En el norte de Jaén se vivió un encarnizado combate entre las tropas cristianas y los musulmanes.
1237 - 1492
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El reino nazarí de Granada sería el último Estado musulmán de la península ibérica, la antigua al-Ándalus. Su último rey fue Muhámmad XII (conocido como Boabdil el Chico), derrocado por los Reyes Católicos, que se vio obligado a rendir Granada el 2 de enero de 1492.