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A lo largo de la historia, la mujer se ha visto oprimida por el hombre, en desigualdad de condiciones, viéndose reconocida únicamente por ser madre, esposa y ama de casa, se le ha denegado el derecho al voto, la oportunidad de estudiar, de poder ejercer profesiones que únicamente eran “para los hombres”, se le ha negado la posibilidad de decidir si quiere ser madre, la entrada a espacios públicos por ser mujer, entre otras desigualdades. Show Less
1789
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La historia del feminismo ha ido experimentando diferentes etapas, caracterizadas cada una de ellas por un objetivo e incluso, por sus propias intelectuales. Estas etapas son las que conocemos como olas del feminismo.
1789 - 1848
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Abarca desde la Revolución Francesa hasta aproximadamente la segunda mitad del siglo XIX (1789-1848).
El hito principal de esta ola era alcanzar la igualdad de derechos civiles, como los derechos matrimoniales y a los hijos, al trabajo, a la capacitación profesional, y la educación; aquí nació también la necesidad de contemplar el sufragio femenino (aunque se haría efectivo más de uno siglo y medio después)
Destacan autoras como Mary Wollstonecraft, Olimpia de Gouges, Emilie du Châtelet y Harriet Taylor.
1848 - 1960
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Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la segunda mitad del XX, aproximadamente.
En 1848 se produce un punto de inflexión. Una serie de congresos realizados en Nueva York por mujeres y hombres feministas da como resultado un documento titulado Declaración de Sentimientos. En él se reflexiona sobre la condición civil y religiosa de la mujer y los abusos contra las mujeres, sustentados en las leyes, y su situación civil y religiosa, incluso sexual. En esta segunda ola, las feministas continúan pidiendo igualdad de derechos civiles, una revisión de la moral, y el sufragio universal.
-Comienza con la Declaración de Seneca Falls, de 1848. Entre 100 y 300 mujeres y hombres (la cifra varía según las fuentes) pertenecientes a movimientos sociales y organizaciones, lideradas por Elisabeth Cady Stanton y Lucrecia Mott, se reúnen en el Seneca Falls (EE.UU) y, tomando como base la declaración de Independencia norteamericana, reclaman la independencia de la mujer de las decisiones de padres y maridos así como el derecho al trabajo, al que daban prioridad por encima del derecho al voto. Los doce principios formulados exigen cambios en las costumbres y moral de la época y en la consecución de la plena ciudadanía de las mujeres.
-En Inglaterra aparecen las sufragistas, lideradas por Emmeline Pankhurst, y el debate sobre el sufragio universal se hace cada vez más intenso. Durante la primera mitad del siglo XX, se va incorporando a las legislaciones democráticas, a veces limitada en edad o estrato social. Es la primera reivindicación pacifista e introduce el término de solidaridad.
Socialmente, el activismo se extiende a las clases media y baja. También se vincula a otras causas de derechos civiles, como la abolición de la esclavitud en Estados Unidos. En este sentido, destaca la figura de Sojourner Truth y su discurso '¿Acaso no soy mujer'('Ain't I a woman') de 1851.
-Continúan, en paralelo al derecho al voto, las reivindicaciones sobre el acceso a la educación y, a partir de 1880, algunas mujeres comienzan a admitir mujeres en las aulas universitarias, aunque todavía es algo excepcional. Antes, la mujer fue logrando acceso a la educación primaria y secundaria, aunque todavía bajo el pretexto de ser buena madre y esposa.
1924
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Durante este periodo la figura de Josefa Toledo de Aguerri fue fundamental, pues encabezó la lucha de esta primera ola de feministas a partir de la demanda de una serie de derechos básicos como lo eran educación, sufragio femenino y trabajo. Toledo de Aguerri fue una educadora de gran prestigio en el país, fue la primera mujer en ocupar el cargo de Dirección General de Instrucción Pública en 1924 y escribió mucho alrededor de la pedagogía y el papel de las mujeres en la sociedad.
A pesar de que Josefa Toledo fue una mujer bastante progresista para su época, ella misma reconocía su feminismo como “conservador” y “práctico” ya que no cuestionaba de manera radical el lugar de las mujeres dentro de la familia y la sociedad nicaragüense.
1955 - 1979
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En el imaginario nicaragüense se piensa que la historia del feminismo en el país inició con la Revolución Sandinista en 1979. Si bien este fue un hito importante que le dio un giro al movimiento de mujeres, es necesario aclarar que dichas organizaciones existen desde mucho antes y que han respondido a distintos periodos de la historia nacional.
El movimiento feminista en Nicaragua comenzó con la militancia y el activismo de mujeres de distintas organizaciones sufragistas en las últimas décadas del siglo XIX y se extendió hasta los años cincuenta cuando el voto femenino fue aprobado en el país en el año 1955.
1960 - 1990
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Desde década de los sesenta, donde frente a la Mística de la feminidad, las mujeres se sentían vacías por el papel que debían representar en la sociedad, el de madre, esposa y ama de casa. Fue entonces cuando Betty Friedan creó la Organización Nacional de Mujeres (NOW), convirtiéndose en la organización femenina más representativa del feminismo liberal.
El feminismo liberal se caracterizaba por su oposición a la desigualdad, y no en cuanto a la opresión y explotación, cercaba reformar el sistema para adquirir la igualdad entre géneros. Las liberales defendían que la base del problema se centraba en la exclusión de la mujer en el ámbito público, recurriendo su derecho a entrar en el mercado laboral.
No obstante, fue el feminismo radical el que ganó protagonismo en esta década. El feminismo radical se oponía a las ideas del liberalismo, el cual se sustentaba en una política reformista, pues tenían el objetivo de abolir el orden patriarcal, el cual se mantenía intacto, debido a que aunque hubieran conseguido legitimación de los derechos, el sistema social seguía sustentándose sobre valores sexistas, clasistas, racistas e imperialistas. Ante esta realidad, apareció la Nueva Izquierda y nuevos movimientos sociales radicales, como el feminismo radical, que perseguía el objetivo de forjar una nueva forma de sociedad. En el siguiente artículo se explica con más profundidad la diferencia entre feminismo radical y liberal.
La primera propuesta de este movimiento se sostuvo en el movimiento de liberación de la mujer, que consistía en dejar que la mujer se organizara de forma autónoma, separándose de los hombres. Todo el colectivo estaba de acuerdo con la necesidad de separación del género masculino, sin embargo nacieron dos ramificaciones: el feminismo radical de políticas y feministas radicales. Para el primer grupo, la opresión de la mujer era producida por el capitalismo, considerando el feminismo una parte de la izquierda, mientras que las feministas radicales, se oponían a la subordinación a la izquierda, indicando que los hombres se beneficiaban de su dominación. No obstante, compartían la mayoría de sus ideales.
El objetivo común del feminismo radical consistía en la abolición del patriarcado, definido como un sistema regido por la denominación sexual, opresor de la mujer, bajo el lema “lo personal es político”, defendiendo que los valores del patriarcado también afectaban la vida privada, como la estructura familiar o la sexualidad
1977
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Es en 1977 cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) habla de un “Programa Histórico” que plantea la liberación de la mujer como uno de los principios de la revolución, por ello, AMNPRONAC termina convirtiéndose en una estructura del Frente que tiene por objetivo dar cabida a las mujeres ligadas al sandinismo o simpatizantes del mismo, es decir, ya no solo se trata de una organización de madres de hijos asesinados o desaparecidos durante la dictadura.
Posterior al triunfo de la Revolución Sandinista, AMNPRONAC cambia su nombre por el de AMLAE (Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinoza) como homenaje a la primera mujer caída a manos de la Guardia Nacional y militante sandinista. Dicho cambio de nombre deja en claro cuál es el papel que concibe el FSLN al momento de orientar sus políticas de género y la forma en la que entendía la liberación de la mujer.
AMLAE como el Movimiento de Mujeres del partido de gobierno se convirtió en una estructura que al igual que el resto de organizaciones de masas, funcionaba como una forma de integrar a los sectores femeninos mediante su trabajo en diversos comités que tomaban como punto de partida la maternidad y el trabajo de las mujeres para la revolución. El principal problema de esta organización es que poseía nula autonomía en cuanto a los intereses del partido, donde ni una sola mujer formaba parte de la Dirección Nacional y donde no se legisló en ningún momento en materia de reproducción sexual o el derecho al aborto. El papel de las mujeres desde AMLAE se restringía a las funciones de madres y esposas entregadas a la lucha revolucionaria protagonizada por hombres.
1990 - 2019
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A partir de la segunda década del siglo XXI se comenzó a hablar de cuarta ola feminista, caracterizado por ser un movimiento profundamente diversificado: feminismo radical, feminismo disidente, ecofeminismo, ciberfeminismo. La cuarta ola del feminismo empieza después de los ochenta se concentra en la actualidad, donde el colectivo feminista reivindica la necesidad de otra ola, debida a la continuidad del maltrato de género, los abusos y violaciones, las diferencias aún existentes en el mundo laboral, la desigualdad en las sentencias judiciales.
Ante ello, el movimiento feminista se muestra con más fuerza que nunca y se caracteriza por su activismo en Internet, en el uso de las redes sociales para aumentar su visibilidad y su mayor repercusión internacional, reclamando la lucha por la igualdad, los derechos civiles, el derecho al aborto, la oposición a la violencia machista y a los estereotipos, la defensa de la libertad sexual, donde entra con fuerza el colectivo LGTBI y la denuncia al sexismo en los medios de comunicación.
El movimiento se describe bajo el nombre de sororidad, entendido como la relación existente entre la hermandad y la solidaridad que debe haber entre las mujeres, potenciando el papel activista de la mujer, por ejemplo en la creación de grupos de autoconciencia, que consistían en concienciar a la mujer a partir de experiencias propias, manifestaciones multitudinarias, actos de protesta, sabotajes, creando centros de autoayuda,… y siguiendo el principio de que ninguna mujer debe sobreponerse a otra.
1998
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Otro momento de quiebre se produjo en 1998 cuando Zoilamérica Narváez denunció de abuso sexual a su padre adoptivo Daniel Ortega (este corto documental retrata la vida acutal de Zoilamérica), entonces ex presidente de Nicaragua y una de las principales figuras del FSLN. Esta denuncia generó un intenso debate que dividió a la opinión pública y al propio movimiento de mujeres entre las aún conservaban una lealtad partidaria al FSLN y entre quienes consideraron que desde una perspectiva de género debían ubicarse del lado de la víctima.
2006 - 2019
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Desde entonces el Movimiento Feminista se ha visto en una lucha constante por conservar su autonomía frente al Estado y los gobiernos de turno, que no han dejado de aliarse con los sectores más conservadores para restringir los derechos de las mujeres, como sucedió en el año 2006 cuando fue penalizado el aborto terapéutico.
Negar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos fue promesa de campaña política de cinco de los seis partidos que participaron en las elecciones de ese año, muchos de los candidatos presidenciales marcharon junto a la iglesia católica y evangélica en pro de la penalización del aborto. La Asamblea Nacional ni siquiera permitió a las feministas exponer sus puntos de vista en favor del aborto, en cambio, las iglesias tuvieron espacios para hablar sobre el tema.
En la actualidad las feministas siguen en pie de lucha con el trabajo de denuncia y concientización de los derechos de las mujeres. Son ellas quienes contabilizan y ponen en evidencia los feminicidios que ocurren a lo largo del país, además desde hace muchos años han denunciado la inoperancia del Estado frente a la violencia de género y la profunda corrupción que impera en las distintas instituciones. Como sucedió hace muchos años, las mujeres siguen vinculándose en su labor de denuncia y promoción de derechos humanos en el contexto de una nueva dictadura.