Historia de la ergonimia

En el siglo XVIII, fue cuando se evoluciona al trabajo en
el domicilio y se constituye la industria doméstica.

Permitía que la labor de tejido, en la que intervenían dos trabajadores, fuera realizada por un solo trabajador.

Los inventores se concentraron en la elaboración de máquinas más eficientes para producir más con menos.

Muchos trabajos que antes hacían las personas se automatizaron parcialmente y dejaron que la gente tuviera más tiempo libre y ocio.

Durante el silgo XVIII la agricultura inglesa experimentó un aumento en la productividad. Las grandes transformaciones agrícolas y el despegue industrial tuvieron como consecuencia la demanda de útiles y herramientas para la explotación de la tierra que desarrollaría la producción industrial metalúrgica (arados de hierro o trilladoras mecánicas) y al mismo tiempo, el aumento de productividad agropecuaria en el mundo rural estimuló la industria textil.

Esto permitió hacer textiles mucho más rápido que un ser humano. Hasta finales del siglo XVIII todos los telares eran manuales. Gracias al británico Edmund Cartwright fue mecanizado en el año 1785 en su taller de Gran Bretaña. Poco a poco fue mejorándose, hasta convertirse en el más representativo el tipo que era accionado por una máquina de motor. Su invención transformó la industria textil, ya que sincroniza los procesos de fabricación de tejidos a la par que aumenta la productividad.

Es un telar mecánico y automático inventado por Joseph Marie Jacquard, (Francia 1752 – 1834), en 1801. El instrumento utilizaba tarjetas perforadas para conseguir tejer patrones en la tela, permitiendo que hasta los usuarios más inexpertos pudieran elaborar complejos diseños.

El éxito de las locomotoras de Stephenson abrió una nueva era en la historia de los transportes.

La aparición de las locomotoras diésel-eléctricas en la primera parte del Siglo XX aceleró el final de las locomotoras de vapor; no obstante, se emplearón en América del Norte y Europa hasta mediados del siglo y continuaron siendo utilizadas en otros países hasta el final del Siglo XX.

El invento de McCormick, y sus perfeccionamientos, produjeron una evolución en la técnica agroindustrial que impulsará uno de los hitos de la Segunda Revolución Industrial.

durante la segunda mitad de ese siglo que entraron en funcionamiento las primeras centrales hidroeléctricas. En 1869 Aristide Bergès desarrolló cerca de Grenoble una caída de agua de 200 metros mediante la técnica de los conductos forzados para accionar las máquinas de una planta industrial.