Aunque sus obras eran más un compendio de las obras y del pensamiento griegos que una traducción propiamente dicha, sabemos que la traducción de La Odisea del griego al latín que llevó a cabo Livio Andrónico es contemporánea a la versión alejandrina ya mencionada, luego el origen de la traducción puede determinarse en una época concreta, pero en múltiples territorios geográficos.
El descubrimiento de la conocida piedra de Rosetta. Esta piedra contenía información escrita sobre el decreto que ensalzaba la figura del faraón Ptolomeo V en el primer aniversario de su reinado, en el año 196 a.C. Lo curioso es que, en esta piedra de más de un metro de altura y casi 800 Kg de peso, estaba redactado el decreto en cuestión en tres idiomas diferentes: los jeroglíficos egipcios, la escritura demótica y el griego.
Esta traducción de la Biblia completa llevada a cabo por San Jerónimo, patrón hoy en día de los traductores, ha sido la traducción más divulgada y la única autorizada por la Iglesia católica en su momento. Aunque modificada en algunos aspectos a través de los siglos, esta fue la versión que imprimió Gutenberg por primera vez en 1452.
Algo más tarde se traducirían también otros libros del Antiguo Testamento y el compendio de todas las traducciones encontradas se denominó versión alejandrina, Septuaginta o de los 70.
Muy poca gente sabe que uno de sus antecesores, Ptolomeo Filadelfo, ya en el siglo III a.C encargó la traducción de los Cinco Libros de Moisés. Cuenta la leyenda que este faraón egipcio invitó a nada menos que 72 sabios de Judea, conocedores del hebreo y el griego, para que tradujeran los Cinco Libros de Moisés al griego de forma que los judíos de Alejandría, que en su mayoría habían olvidado su idioma de origen, pudieran entenderlos y utilizarlos en sus cultos.
Bagdad se convierte en el centro neurálgico de la traducción. Se traducen al árabe, en este caso, los trabajos existentes en griego en campos como el de la filosofía y la ciencia. La rápida expansión de estas traducciones tuvo lugar a través de España, un territorio bajo dominio musulmán que actuó como puerta de entrada hacia Europa.
Su conquista en el año 1085 y la tolerancia que mostraron los reyes castellanos cristianos con musulmanes y judíos facilitó que esta amalgama de culturas pusiera en marcha múltiples proyectos de traducción de los diferentes textos clásicos grecolatinos alejandrinos del árabe al latín.
La aparición de todas estas lenguas vernáculas impulsa la necesidad de traducir especialmente los textos religiosos, que se trasladarán a dichas lenguas en lugar del ya conocido latín, que irá perdiendo poco a poco su hegemonía. Esto hará que comience una guerra de traducciones en el campo teológico, ya que las traducciones religiosas se convertirán un arma lingüística, pero también política.
La expansión industrial, comercial y científica que aconteció a partir del siglo XIX y la posterior internacionalización de las relaciones comerciales y diplomáticas hicieron que se multiplicasen los intercambios lingüísticos, y con ellos la necesidad de traducir.
El auge de las traducciones y el desarrollo de los procesos de traducción han evolucionado mucho durante los siglos posteriores, pero hay otro hito que claramente ha marcado un antes y un después en la historia de la traducción: el descubrimiento de las nuevas tecnologías. No podemos negar que en el momento que vivimos la globalización y la existencia de cada vez más herramientas han ayudado en los procesos de traducción y también han amenazado la existencia de esta profesión.